Un policía fue el que acudió al llamado de la mamá, luego de encontrar a la pequeña en la cocina, boca abajo, vomitando y convulsionando. La progenitora, Diana Paola Gutiérrez Correa, de sólo 15 años (con otra hija), dice que salió unas horas de su vivienda y, al regresar, se encontró con el horror. El padre, Gustavo Adolfo Gutiérrez López, de 21 años, no atina a explicar lo sucedido.
El subintendente Villamarín, que pertenece al cuadrante 41 de la localidad de San Cristóbal, fue el primer agente de la autoridad en intervenir en la escena del crimen.
El médico Santiago Barreto, subdirector científico del Hospital, con 22 años de experiencia en verdaderos hospitales de guerra, que son todos los públicos de Bogotá, admite que nunca había visto una barbaridad semejante.
-“Esto es terrible, inimaginable”, afirma perplejo el doctor Barreto.
“Era una niña –explica- de dos meses de edad, que ingresó después de un tratamiento que se le hizo, para revertir un paro cardiorrespiratorio en el CAMI de Altamira. La niña ingresa con muerte cerebral. Se le hace la atención debida y en la valoración se encuentra que tenía huellas de violencia, en su zona anal y genital.
La policía recibió una llamada telefónica que informó del hecho. La bebe fue conducida de inmediato al CAMI de Altamira (Centro de Atención Médica Inmediata), que la remitió horas después al hospital El Tunal, en una ambulancia de la Secretaría de Salud de Bogotá, con todas las precauciones debidas. Fue “entubada”, después de una reanimación avanzada obligatoria para el caso.
La tragedia ocurrió en el barrio Juan Rey, localidad de San Cristóbal, al sur de Bogotá, en uno de los cerros más altos de la capital.
La niña inicialmente ingresó con su madre, una menor de 15 años. Posteriormente apareció el padre, joven de 18 años de edad. Luego acudieron otros familiares.
Nadie sabe qué ocurrió. La mamá dice que ella salió un momento a la calle y cuando regresó a la habitación encontró a la niña bocabajo en su cama, muy quieta y con señales de haber vomitado. Eso ocurrió el lunes 30 de julio.
El doctor Barreto dice que la menor ingresó sin actividad cerebral, al centro médico, aunque tenía frecuencia cardiaca, producto de la reanimación avanzada que le hicieron.
El hospital El Tunal es considerado técnica y administrativamente “de alta complejidad”, por los servicios que presta. Atiende la población del suroriente de Bogotá, especialmente la zona de Ciudad Bolívar. Los hospitales más pequeños, le envían los pacientes más delicados.
Las autoridades investigan las circunstancias del excecrable hecho.
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